Reflexiones de Crianza & Educación Respetuosas: La autorregulación no es autocontrol

08.11.2022
Corregulación y Autorregulación
Corregulación y Autorregulación

Hay una gran confusión entre padres, madres y profesionales de la infancia con respecto al autocontrol y la autorregulación de los niños y niñas.

El viejo paradigma en el que se basan la crianza y educación convencionales gira entorno a la capacidad de autocontrol de los niños y niñas, a la importancia de su esfuerzo mental y fuerza de voluntad para conseguir aquello que le enseñamos los adultos. Es decir, nosotros como adultos debemos entrenar a los niños a base de premios y castigos para lograr el desarrollo óptimo de su voluntad y capacidad de autocontrol.

Este tipo de crianza y educación se basa en el control, en la falsa creencia de que la niña es un recipiente vacío que se debe ir llenando desde fuera. Teniendo como resultado generalmente relaciones tensas y unidireccionales basadas en el miedo, la obediencia y las expectativas.

Sin embargo, infinidad de investigaciones en neurociencia nos sugieren algo bien distinto: debemos poner el foco en la autorregulación.

El autocontrol, esa capacidad de suprimir los impulsos que consideramos que no son positivos para nosotros ni nuestras relaciones, será posible cuando exista un desarrollo adecuado de la capacidad de autorregulación. Ya que un estado interno inestable va a impulsar fácilmente ciertas respuestas de estrés (lucha, huída, parálisis) que comprometerán el funcionamiento de la corteza prefrontal, lugar donde reside la capacidad de autocontrol.

La capacidad de autorregulación de los niños y niñas se desarrolla lentamente, a lo largo de los años, y con la ayuda de sus principales vínculos de referencia

¿Y qué es la AUTORREGULACIÓN?

La autorregulación se puede definir como: 

* La capacidad de identificar nuestros estados internos y volver a la calma y equilibrio tras situaciones de estrés.
* La capacidad de detectar y entender nuestras señales psicofisiológicas con el fin de poder regular nuestras emociones y sensaciones antes de comportarnos de forma reactiva.
* La capacidad de reconocer qué actividades nos ayudan a mantener el equilibrio y a restaurar nuestra energía (y estado parasimpático), y qué otras nos desregulan (activación excesiva del estado simpático) y absorben la mayor parte de nuestra energía.


La capacidad de autorregulación de los niños y niñas se desarrolla lentamente, a lo largo de los años, y con la ayuda de sus principales vínculos adultos: calmándoles en sus peores momentos, ayudándoles a identificar sus distintos estados internos, compartiendo alegría y calma, siendo modelos de autorregulación y convirtiéndonos en el espacio seguro donde ellos puedan SER, EXPRESAR Y REFLEXIONAR libremente, sin juicios ni expectativas. Esto es CORREGULACIÓN, y es absolutamente imprescindible para el desarrollo sano de la capacidad de autorregulación.

La autorregulación de los niños y niñas se desarrolla gracias a infinidad de experiencias de corregulación con adultos amorosos y sensibles, gracias al respeto, la calma, la paciencia, la compasión y el amor compartidos.

Cada niña tiene su propio ritmo... dejemos de lado los entrenamientos, los objetivos y las expectativas, y APOSTEMOS POR un nuevo paradigma en la crianza y la educación que ponga el foco en construir relaciones auténticas basadas en la conexión, la corregulación y la empatía.

Puedes leer sobre la importancia de la autorregulación y corregulación en la crianza consciente y con conexión en estos artículos de mi blog:

Comportamientos racionales vs comportamientos instintivos
De técnicas de autorregulación para niños y del sistema nervioso
Crianza Consciente: ¿Conexión o Protección? La clave está en la corregulación


Si quieres formar parte del cambio de paradigma en la educación y crianza, comparte esta reflexión, así estarás apoyando mi trabajo y promoviendo un trato respetuoso hacia la infancia.